Santo André de Teixido. Si no vas de vivo, irás de muerto.

En el norte de Galicia, asomándose sobre los acantilados más altos de la Europa occidental, hay un lugar del cual dice la leyenda que “si no vas de vivo, irás de muerto”. Es Santo André de Teixido, una pequeña ermita escondida entre las Rías Altas, que venera la figura de uno de los doce apóstoles: André. Hasta allí se acercan año tras año miles de peregrinos, que lo convierten en el segundo santuario más visitado de Galicia.

La famosa frase está grabada a fuego en las paredes y en los altos techos de la capilla, pues dice la leyenda que si no visitamos el santuario en vida, nuestro castigo será hacerlo una vez muertos y quizá reencarnados en figuras como almas en pena, insectos o reptiles.

El santuario

Las primeras referencias a la ermita de Santo André de Teixido datan de 1703, cuando el clérigo Martín Sarmiento hacía alusión al santuario como un pequeño monasterio del que se tiene constancia desde el siglo XII. Es un templo que atiende a un estilo gótico marinero, con gran protagonismo para su arco triunfal apuntado, el elemento más antiguo que podemos encontrar. Poco a poco, el santuario se fue completando con la construcción de la nueva fachada y de la torre campanario, ya en el siglo XVIII. Con ello se fue completando la obra que hoy conocemos y visitamos.

Santo André, el primer Apóstol

Santo André fue uno de los apóstoles que siguieron las enseñanzas de Jesucristo. Nacido en Betsaida, un pequeño pueblo junto al Lago de Genesaret, ejercía junto con su hermano Simón -posteriormente sería San Pedro- el oficio de pescador. Él fue quien abrió camino al resto de apóstoles a seguir los pasos y lecciones de Jesucristo, de ahí que hubiese ganado el nombre de “el primer llamado”.

La leyenda del santo celoso

Entre tierra agreste y salvaje, acantilados de vértigo y un mar indomable; cuenta la leyenda que el apóstol André se sentía triste. Su templo se encontraba lejos del alcance de los peregrinos, que preferían visitar la tumba del Apóstol Santiago en Compostela por la cercanía de este punto.

Según la leyenda, ante esta desazón Dios le hizo una concesión: nadie podría entrar en el reino de los cielos sin haber visitado su santuario previamente. Y quien no lo hiciese en vida, sería castigado haciéndolo de muerto. Aquí comenzó la tradición de peregrinar a Teixido para visitar al también llamado “Santo André do Cabo do Mundo” por la cercanía de este lugar al finis terrae.

La peregrinación

Teixido es una pequeña aldea de la parroquia de Régoa, en el municipio de Cedeira. Con solo 49 habitantes, sus lugareños se mezclan con los cientos de visitantes que acuden al santuario cada mes. Es muy frecuente que, tras recorrer los acantilados más altos de Europa, los romeros dejen en el altar del santuario los llamados sanandreses, figuras con diferentes formas y significados hechas con pan. También es común que cada visitante al santuario arroje piedras al camino, que simbolizan los pecados de los cuales se quieren desprender. Reciben el nombre de milladoiros, y nos indicarán el camino al templo.

Teixido, caminos con historia y belleza

Esta tradición sigue con el camino que dejó trazado el Padre Sarmiento en el año 1755. El clérigo salió de la parroquia de Xubia, en la localidad de Narón, y desde allí continuó por un sendero que le transportó por tierras de Narón y Valdoviño para finalizar en Cedeira. Este es el llamado Camiño Vello, pero a él se han ido uniendo otras rutas alternativas, todas cargadas de belleza e historia. Por el interior de la provincia de A Coruña, podremos hacer el llamado Camiño de Santo André. También podremos maravillarnos con los espectaculares paisajes de la Costa Ártabra en la Ruta dos Peiraos. Además, el Camiño dos Cantís nos recordará que nos encontramos ante los acantilados más altos de la Europa continental. Por último, el Camiño do Mar nos dará una variante al Camino de Santiago que muchos desconocían. Todos los caminos conducen a Teixido, y todos nos enseñarán que vale la pena recorrerlos en vida.